Happy Deathday Mr Chinaski

Lo que demuestra que soy algo novato en esto de los blogs es programar un post y ver días después que no se publicó. Aun pasado de fecha  quería compartirlo, aquí va:

Ayer fue el aniversario de muerte de Charles Bukowski. Se podría considerar casi un homenaje que se recuerde su muerte en lugar de su nacimiento, un hombre que vivió la mayor parte de su vida perseguido por la muerte, la que inspiró muchos de sus textos escritos entre sorbos de cerveza y whiskey barato.

Fue casualidad que empezara a escribir en el blog en el mismo día de su muerte, es algo que tengo en cuenta ya que ha sido despues de leer prácticamente todo lo de este viejo cuando he sentido que yo tambien podía hacerlo.  Ayer escribí sobre mi padre, hoy sobre una persona a la que despreciaría por la vida que vivió pero que en cierto aspecto aprecio ya que este hombre con alcohol como filtro logró retratar la decadencia de los Estados Unidos de su época, no adornó palabras como su odiado Shakespeare, habló de su vida como fué, habló del sexo sucio como sus sábanas, del amor y vómitos de resaca, de yonkies y amago de escritores, de sus carreras de caballos en el hipódromo, escribió tal y como pensó, sobre cordones de zapatos, sobre la mediocridad de Van Gogh, no le importaba si era bueno o malo lo que escribía, tan solo vomitaba palabras casi incoherentes entre las que se leyeron las mejores historias de amor.

En estos días de decadencia hace falta un Bukowski, quizá exista, pero no tendrá cuenta de Instagram ni Pinterest, será un vagabundo con mil historias mejores que contar que todos aquellos que suben sus fotos un domingo de resaca .  Cada vez que veáis un vagabundo por la calle pensad que podría ser un genio con mala suerte.Para quien no conozca nada de este viejo, aquí va una de las cosas que más me gustan de este pobre sinvergüenza.

 

Yo era sentimental respecto a muchas cosas: unos zapatos de mujer bajo la cama; unas horquillas olvidadas; la manera como decían «Voy a hacer pipí»…; cintas de pelo; pasear por el bulevar con ellas a la una y media de la tarde, sólo dos personas caminando juntas; las largas noches bebiendo y fumando, hablando; las discusiones; los pensamientos de suicidio; comer juntos y sentirse bien; las bromas, la risa saliendo de ninguna parte; sentir milagros en el aire; estar juntos en un coche aparcado; comparar pasados amores a las tres de la madrugada; que te dijeran que roncabas, oírlas roncar; madres, hijas, hijos, gatos, perros; algunas veces la muerte y otras el divorcio, pero siempre yendo adelante, siguiendo a través; leyendo a solas un periódico y comiendo un triste sándwich sintiendo náuseas porque ella ahora estuviese casada con un dentista tartamudo; hipódromos, parques, picnics; incluso cárceles; sus estúpidos amigos, tus estúpidos amigos; tu bebida, sus bailes; tus flirteos, sus flirteos; sus píldoras, tus polvos con otras personas y ella haciendo lo mismo; dormir juntos… No había juicios que hacer, aunque por necesidad uno tuviera que seleccionar. Más allá del bien y del mal era una cosa buena en teoría, pero para ir viviendo uno tenía que elegir: algunas eran más agradables que otras, otras simplemente estaban más interesadas en ti, y en ocasiones el exterior hermoso y el interior frío eran necesarios para polvos sangrientos y sin clemencia.DSC00029

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